viernes, 5 de marzo de 2010

La visión del cuadro

Entró. Su mirada quedó presa en el cuadro. La enorme sala blanca y la gente alrededor se desvanecieron por un instante, fundiéndose con el lugar. " me siento bien”, se dijo, ahora soy yo. Pero dentro de él nació un sentimiento, se fue haciendo más grande, enorme, gigantesco, empezando a presionar la garganta. La boca del estómago, también ligeramente  revuelto, le devolvió aquella familiar sensación. Aquello no era su sitio. No entendía de pintura, podía apreciar el trabajo del artista, mezclando los colores y buscando nuevas tonalidades sobre la madera. Apreciaba el trabajo y entendió la dificultad para conseguir que los tonos tuviesen aquella reforma y aquella perspectiva. La sensación de no entender nada sin embargo le envolvía. En ese momento se sintió solo, desamparado, deambulando en un mundo que no era el suyo,  un mundo demasiado infiel, un mundo demasiado iluminado, un espacio demasiado reconocible. Estaba fuera de lugar, entendía el trabajo del artista, pero no entendía el cuadro. No entendía su significado, no sabía que decía, no despertaba más sentimientos que la valoración de la obra realizada por el artista. Pero no le llegaba el mensaje. La belleza de la obra se habra desvanecido. Entonces se sintió en soledad. Extremadamente sólo. Engañado. Y se preguntó si alguno de los muchos que acudían a la exposición le pasaría lo mismo que a el. La visión del cuadro le recordó que aquél no era su mundo, sino que simplemente era un turista accidental. Las formas de la pintura eran letras inconexas  incapaz de formar un mensaje dentro de su cabeza. Al reducir la gente reía,  elogiaban las piezas, expresaron su parecer sobre ellas y sobre el autor. Pero él estaba perdido, absorto en sus pensamientos. Una tímida lágrima sobre la mejilla le hizo recordar que también estaba triste. No entendía la belleza y eso le hacía sufrir. Somos de mundos diferentes. Se dijo, pero es un escaso consuelo. La soledad le había podrido el alma. Nunca entendería aquel cuadro nunca entendería que quería decir el autor. Toda aquella belleza le estaba vetada. . Y él lo sabía.

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