jueves, 20 de septiembre de 2007

Salvarse de un mundo cruel

Esta mañana he tenido suerte. Es curioso que yo diga esto. Pero es cierto, he tenido suerte. Porque he escuchado una conversación en la que nadie esperaba que yo estuviera presente. Es curioso como son los hipócritas. Además de ser seres bicéfalos, son sibilinos, husmeantes, confabuladores de "soto voce". Ah, es cierto, es cierto. Me había olvidado de ellos, de tanto vivir en medio de la carroña me dejé invadir un poco por su hediondo olor.

Me reprocho que no sé de qué me sorprendo. Viven a mi alrededor. Revolotean a mi alrededor. Alguno de ellos ni siquiera puede decir que pueda encontrar su cerebro en medio de una convención de boñigas de vaca. Es lo malo de vivir en medio de tanto bobo con corbata.

Traicionado una vez más por quien sólo mide a la gente por su valía por dinero, me doy cuenta de que no sé hasta que punto no me mareará este tufo a tonto perdido y a traidor a sabienda. Traidores nuestros de cada día, dánosle hoy. Recuerdo que el otro día, el más listo de todos, me comentaba que la palabra "Sinopsis" no existía. ¿Le debo explicar qué es un diccionario o le dejo seguir siendo tonto? ... opto por la segunda opción. Pero venga, lo copio del RAE para evitar mis propias dudas:

sinopsis.

(Del lat. synopsis, y este del gr. σύνοψις; de σύν, con, y ὄψις, vista).

1. f. Disposición gráfica que muestra o representa cosas relacionadas entre sí, facilitando su visión conjunta.

2. f. Exposición general de una materia o asunto, presentados en sus líneas esenciales.

3. f. Sumario o resumen.


Según mi compañero, todo esto no existe. Es cierto. Se cierne sobre mi la duda de si los ciento y pico academicos y catedráticos de la lengua española tienen razón o simplemente es que no han conocido a esta lumbrera de la humanidad. Me rio. Me reí ese día y me rio ahora en silencio. Me rio de ellos. Su patetismo y su paletismo es el maná de mi risa.



Hoy me ha salvado la vida la persona que más quiero. Cada vez que hablo con ella por teléfono me doy cuenta de que la vida puede ser de otra manera. Me lo enseña, me lo dice: Que todos estos prepotentes están en este planeta para darnos un espectáculo dantesco y patético y así podamos aprender a vivir la vida de una determinada manera. Aprender de su cochambre y su porquería. Aprender que su prepotencia y su estupidez son las señales de un camino que no debemos, que no queremos recorrer.


La vida es maravillosa. La vida está llena de gente dulce, trabajadora, buena y humilde. Lo aprendí de quien más quiero. De su familia, y de la mía. El resto son nuestro espectáculo patético de cada día. Vivo en ese espectáculo y me río de él. A mandíbula batiente.





1 comentarios:

Irene dijo...

Las personas que más te quieren, lo hacen por como eres. Es muy sencillo quererte. Tú invitas a ello. Por eso, nadie te salva la vida, sino que más bien te la salvas tu solo, porque de pronto te das cuenta de lo mucho que vales, de que tu corazón es mucho mejor que el de las personas de las que hablas y que al final del día tú te puedes ir a la cama con una enorme sonrisa orgullosa y llena de felicidad. Y eso no deberías olvidarlo nunca...