C O R D U R A

Cordura:Estado psíquico de la persona que tiene la mente sana y no padece ningún trastorno o enfermedad mental.

I N S T A N T E

Instante: Período de tiempo muy breve, casi imperceptible.

UN BREVE INSTANTE DE CORDURA

Un paseo de la mano de la introspección y la reflexión sobre la locura de la vida moderna.

oTrOs lO dIcEN

Do you still believe in fairy tales, in battlements of shining castles, Safe from the dragons that lie beneath the hill?

La Bitácora personal...

De un soñador de Bits en Pijama

martes, 24 de febrero de 2015

Euforia Final

Cruza la luna la persiana, sin parar ... se cuela entre las nubes del invierno, buscando un lugar. un hueco donde mirarnos

Y me mira fijamente a los ojos. Y me susurra ¿donde estás?..

No volverá, nunca se fue: ese sentimiento, esos recuerdos  están aquí, dando una nueva dimensión a esta canción nocturna de invierno. Niebla en los pies del escritor. El que un dia soñó con bailar. Bailar eternamente una canción.

Apagado y muerto contra la brecha de luz donde las palabras se van..  No hay desertores. Son hijos que caen en un corazón. Ojos que leen tus palabras... Vuelan las palabras, se convierten en relato. Se vuelcan en la pantalla, esa breve brecha de luz que ilumina todo.

Y quiero bailar, quiero bailar... necesito tanto bailar... Esa brecha de luz vuelve a hacerme bailar...


En cada palabra, se oculta el temblor. Duerme este temblor infinito. Insaciable, impenitente, horrible. Esa pulsación que me viene desde abajo. Desde adentro como un insecto interior que me quema, que va a salir.  Ese temblor dormido. La luna mi único testigo.

la plata que el tiempo me tejió en la sien, en el mentón, se abre, se pierde, desafiando el final. Estallo. Y surjo yo, desde aquí dentro. Esa brecha de luz, que entra en mi alrededor. Los ojos que me leyeron me dan todo el calor. Por un instante soy maravilloso, único, increíble, y la música surge a mi alrededor... Y siento una voz..  Y quiero bailar, quiero bailar... necesito tanto bailar... Esa brecha de luz vuelve a hacerme bailar... El mundo gira otra vez, como antes a mi alrededor. Por un instante soy de nuevo un poco yo.



Se va . otra vez. Todo se vuelve a apagar. Desaparece por siempre esta euforia final.  Los pies de este escritor no bailarán jamás. Todo lo que una vez fue, allí ya sé quedó. Y la música ya no truena a mi alrededor aunque percibo todavía netamente un compás.

Quiero ser lo que fui. Y lo que ya no seré jamás.

Un reloj al fondo hace notar su tic-tac. Como el latido extraño de un corazón.

jueves, 19 de febrero de 2015

Pajarillo




Afirmación: quien no sueña no vive. ¿Quien no quiso cambiar de vida, empezar de cero. Vivir en un naufragio en una playa desierta soñada, desnudo al sol y con la esencia de la risa en los labios constantemente?

Medio en broma, medio en serio uno tiene sus sueños. Alguno de ellos son irrealizables, y uno lo sabe. Fastidia, pero lo asume. Sabe que no son ciertos y que probablemente pocas posibilidades tienen de volverse realidad. No hablo de golpes de suerte, loterias acertadas, amores reencontrados... (eso es irrelevante) ...hablo de sueños en sí mismos. Hablo de cabañas en la playa, en paises lejanos donde el calor nunca falta. Hablo de botellas de ron a la sombra de una palmera, mientras la marea menea el cayuco.

Luego, vas y te despiertas. Y suena el despertador de todos los días, la comida en el tupper de todos los dias, la parada a las doce para el café ( también el de todos los días ), la movida del atasco de todos los dias. Entre cada uno de los factores de la ecuación rutinaria uno deja caer un sueño. Una gota de si mismo, de sus ilusiones, de sus pertenencias, de sus aspiraciones. Una partícula minúscula. Ese desgaste se va palpando en la exigencia de esas fantasías. Que ¿por qué no se cumplen? Que ya va tocando, narices.

más allá del mar, a la playa desierta de la isla perdida. Donde una cabaña nos espera con un licor de ron fresquito, el amor a deshora y rescatado de la juventud para entregarnos a la lujuria de vivir sin tiempo. 

Somos como pajarillos, que quieren volar, ser libres, ser libres al fin, fuera de esta jaula. Fuera de los problemas, fuera de las angustias, de las rutinas del día a dia. Para llegar más allá del mar, a la playa desierta de la isla perdida. Donde una cabaña nos espera con un licor de ron fresquito, el amor a deshora y rescatado de la juventud para entregarnos a la lujuria de vivir sin tiempo. O sin contar el tiempo, mejor dicho. Que el deseo sea para siempre, duro para siempre, eterno para siempre. Lo decía Gala hace ya muchos años. 'Te querré siempre', dije , y era cierto, el amor es eterno mientras dura. Es una afirmación de los amantes. La vida no es más que un movimiento contínuo de la eternidad.

Pajarillos frágiles de deseos múltiples. Pajarillos que vuelan y se pierden en las arenas del tiempo. Carcoma ilusionada de nuestra vida, va horadando nuestra madera hasta apolillarnos la médula. Pajarillos que sueñan. Y nos invitan al vuelo.

Volver y volar de nuevo. Para un nuevo sueño.