Cuando llegas por las mañanas lo percibes claramente. Hay una ligera neblina desde el valle de atrás. Esa neblina parece cubirlo todo. Y es cuando algunas veces me he percatado de la imagen irreal del escenario. Se disimula el vacio gracias a la extraña labor de esa neblina. Pero si uno se parase a contemplar toda la instalación entonces se percataría de que esto realmente es el escenario de pelicula de terror. Los comerciales, los técnicos, los ejecutivos, todos... somos ectoplasmas. Imagenes difusas de lo que un día fuimos o creimos ser dentro de este circo desorganizado, con enanos crecidos y leones sin dientes. Somos ectoplasmas de tiempos mejores. Somos un recuerdo, que permanece inmutable dentro de un balance contable, que espera la sentencia de un administrador judicial. Somos el boceto o el bosquejo del dibujo de empresa que deberíamos de ser. Aparecemos demasiado desdibujados y poco definidos... Por eso digo que somos ectoplasmas de un tiempo mejor. Fantasmas de un tiempo que ya se fue. Pero estamos aquí para recordarlo.