Me levanto esta mañana con la noticia de la muerte de Bin Laden . Me pregunto hasta qué punto es una mala o una buena noticia. No sé que pensar. Los seres humanos de este planeta estamos imbuídos en otras guerras más mundanas y creíbles que personajes casi míticos o más propios de fantasías de celuloide. Nuestra guerra es más normalita, más de andar por casa, más habitual y muchísimo más vulgar: sobrevivir a la posible entrada en el desempleo, pago de hipoteca correspondiente, pago de obligaciones, educación de nuestros hijos, aguantar a nuestros correspondientes botarates de cada día (jefes estúpidos y maleducados, mayoría de politicos incluida) ... como se puede comprobar, las guerras extrañas entre Obama y el difuinto Osama (vaya casualidad, parecen esos muñequitos llamados Pin y Pon) nos quedan muy lejos y poco factibles para nuestro día a día. Y eso incluso lo digo yo, que el amigo Osama estuvo a punto de meterme en un lío gordísimo hace casi diez años.
Pero todo esto me suscita preguntas que son de dificil respuesta. Leo la noticia, la vuelvo a leer y me parece todo una verdad a medias. Y una verdad a medias, me decía con buen criterio mi Padre, es a veces bastante peor que una mentira. Vuelvo a la lógica paterna: ¿hasta qué punto no compensaba detener a este hombre y que fuese juzgado con luz y taquígrafos, con un tribunal y con una sentencia jurídica firme y honesta en vez de meterle una bala en el cerebro? ¿Hasta que punto toda esta parafernalia no es un ejercicio soberano de hipocresía estatal ? Todo esto entroncado con la sociedad de información es algo que se pelea y que acabará tarde o temprano. Todo es muy sucio y muy extraño. ¿No podemos hacer imperar la ley, el derecho, sobre un arma de fuego ?
Por supuesto no creo que tarden mucho los conspiranoicos en sacar a la luz que Osama sigue vivo. Que en realidad, OSama está en manos norteamericanas y que ha pactado su entrega a base de una nueva identidad y desmantelar la organización. Seguro. Supongo que en breves fechas nuestro "amigo" Osama estará con Michael Jackson, con Hitler, el extraterrestre de Roosvelt y el propio Elvis Presley en ese lugar secreto donde todos estos seres se esconden y de vez en cuando bailan sobre nuestras tumbas. Cosas de hollywood, supongo. Los conspiranoicos, que no nos sirven de mucho. Necesitamos que verdaderamente imperen los estado de derecho, y que los políticos no estén administrando ese derecho a espuertas y a su libre albedrío para que la humanidad sea auténticamente libre. Una mezcla adecuada de información libre, tecnología libre y de derecho libre y sin tapujos es el único camino que debe y puede seguir la humanidad para seguir evolucionando. Si lo dejamos en manos de la clase política, miedo me da dónde podemos acabar.
La libertad y la verdad son bienes preciosos para cualquier occidental. Por su prevalecencia, por su valía , por su existencia se justifican guerras, asesinatos, secretos, mentiras y todo tipo de problemas derivados. Si en el fondo todos estos valores en realidad son maleables a los intereses políticos y no son verdades absolutas ¿somos mejores que otros? ¿somos mejores que esas supuestas civilizaciones que someten los clítoris de las mujeres a ablación, que someten a sus hijos a trabajos forzados y que hacen prevalecer la simple fuerza de las armas.? La respuesta es no. No somos mejores si los valores sobre los que fundamentamos nuestra supuesta prevalecencia es la simple media verdad maleable a los intereses de unos pocos. Quizá tengamos algo de esperanza en el futuro si mi generación se percata finalmente de estas verdades, si esta generación técnicamente ilustrada y humanamente formada puede hacer prevalecer los valores estandartes de la civilización occidental sobre los intereses de unos pocos. Esa es la revolución pendiente, la verdadera revolución sobre las mentiras organizadas.
lunes, 2 de mayo de 2011
El Día de La revolución Pendiente
21:15
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