Anoche me acerqué nuevamente a los libros. Yo estaba solo, perdido, reconfortado en la soledad de este cuarto desde donde ahora escribo. Y me encontré bien, relajado y extraño. Abrí uno de esos tomos favoritos míos. Uno de los artículos que publicaba -quizá lo escogí al azar, acaso me llevó mi subconsciente a toparme nuevamente con él- se titulaba "Desentenderse".No pudo haber sido más clarificador. Ultimamente no hago más que desentenderme de cosas.Primero fue el trabajo. Me desentendí de ser una máquina de trabajar, pasando más de once horas...