lunes, 22 de julio de 2013

Tu haces que salgan las palabras de mi boca

No escribo mucho ultimamente. Me encuentro en un estado extraño. Hay momentos en los que me estremece algo dentro y necesito contarlo pero ultimamente no me conciden con la posibilidad de tener donde escribirlo o con ganas de soltar los dedos delante del teclado. Será cansancio. Será  que estoy descentrado. O simplemente que estoy demasiado ocupado pro otras miles de cosas. Por eso me vine hasta aquí ahora, mientras he tenido un instante, pese al cansancio; pese a que los dedos no responden como debieran. Pese a que mi antebrazo vuelve a estar cargado. Y porque hay cosas que uno debe contar siempre.

Pero en el fondo uno no siempre tiene fuerzas para hacerlo.



Como una canción que adoro, las noches como esta tienen esa fuerza . La fuerza de extraer las palabras de mi boca, la fuerza para hacerlas brotar y salir de estos dedos y que digan un "te quiero", que digan que uno es parte del todo y que ese todo es parte del uno.
Adoro las noches de verano, el olor del aire, el sabor de la brisa que aunque alejado trae efluvios del mar. Olor a leña, a barbacoa a sonrisas en el aire, al recuerdo de los amigos que ya se ha ido,  olor de perfumes de veinteañeras que siguen esperando una cálida noche de verano, donde no había un momento que perder. Fuegos de artificio que explotaron en la juventud que se recuerdan en la noche, risas , juegos y palabras.

Tu quitas las palabras de mi boca, tu has hecho que caigan dentro de mi, que fluyan a las manos.  Ojalá toda la vida fuera una noche de verano, bajo una luna como la de hoy, redonda como un queso. Como la luna de Valencia, como la luna de Sicilia, como la luna de Estambul. Noche de verano, cálida y alegre que tantas veces recorre el aire y que uno hecha de menos dentro de sí en el invierno. Tu haces que salgan las palabras de mi boca 

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