Recibí el otro día un email. Se trataba de una vieja amiga en el cual, lo primero que dejó claro es que no se llevaba bien con las nuevas tecnologías ni con nada de eso de las redes sociales o el propio mundillo de los blogs. Y casi se mostraba molesta por todo lo que comenté de que podía dejar un mensaje en este blog, o a través de cierta red social a la cual estoy suscrito. Casi resultaba oferndida "tengo demasiadas cosas en las que pensar como para ponerte a eso" se desprendia de su mensaje. Es curioso que la divulgación de la informatica no haya alcanzado a todo el mundo por un igual. Al día de hoy, y en la sociedad en la que vivimos, estar aislado de esa tecnología, bien sea consciente o inconscientemente no deja de ser una anacronismo lamentable.
Ya no hablo de videoconferencias u otras cosas. No hablamos de voz sobre ip. No hablamos de webmail masivo. ni de p2mail. Hablamos, simplemente, de dar un pequeño paso en el conocimiento. La tecnología nos brinda maravillosas formas de comunicarnos -algunas a un precio tan bajo como la misma gratuidad- y sólamente una actitud cerrada y poco abierta ; una actitud negativa de génesis entiendo que por desconocimiento, a este sistema pueden justificar semejante postura.
Cuesta creer que gente ilustrada tenga tal aversión a algo de uso tan amigable como es la propia informática. Y el siglo XXi sin duda alguna será el siglo de la tecnología de la información. Puede gustarnos más o menos, podemos estar mejor o peor adaptados, tener más o menos conocimientos sobre el tema. Pero desde luego, el camino marcado debe ser recorrido. De nosotros depende hacerlo con un traspiés detrás de otro, rezongando y maldiciendo en las piedras del camino, o por el contrario seguir un sinuoso caminar. Bueno, también existe la posibilidad de quedarse parados. Como los ermitaños.
Ya no hablo de videoconferencias u otras cosas. No hablamos de voz sobre ip. No hablamos de webmail masivo. ni de p2mail. Hablamos, simplemente, de dar un pequeño paso en el conocimiento. La tecnología nos brinda maravillosas formas de comunicarnos -algunas a un precio tan bajo como la misma gratuidad- y sólamente una actitud cerrada y poco abierta ; una actitud negativa de génesis entiendo que por desconocimiento, a este sistema pueden justificar semejante postura.
Cuesta creer que gente ilustrada tenga tal aversión a algo de uso tan amigable como es la propia informática. Y el siglo XXi sin duda alguna será el siglo de la tecnología de la información. Puede gustarnos más o menos, podemos estar mejor o peor adaptados, tener más o menos conocimientos sobre el tema. Pero desde luego, el camino marcado debe ser recorrido. De nosotros depende hacerlo con un traspiés detrás de otro, rezongando y maldiciendo en las piedras del camino, o por el contrario seguir un sinuoso caminar. Bueno, también existe la posibilidad de quedarse parados. Como los ermitaños.